Punto 3. LA ENTRADA MONUMENTAL

Punto 3. LA ENTRADA MONUMENTAL

En la segunda mitad del siglo ii a. C., una serie de reformas cambiaron completamente la fisionomía del antiguo asentamiento ceretano. Una de ellas, tal vez la más monumental, fue el cambio de acceso al poblado, con la construcción de una gran entrada fortificada situada en la parte central de la muralla, que conllevó la anulación de la antigua entrada lateral. La obra provocó el desmantelamiento de algunas casas ceretanas y de unos 25 metros de muralla, además de la construcción del nuevo acceso, flanqueado por dos torres de planta cuadrangular y un cuerpo de guardia adosado a una de ellas. Aparte de defender mejor el poblado, esta nueva entrada se convierte en la expresión de la nueva realidad política, militar y económica ejercida por la administración romana, multiplicando la carga representativa y simbólica que ya tenía el antiguo asentamiento. Sin embargo, en la misma puerta monumental también se observa la voluntad de cooperación y sincretismo con la cultura ceretana, con rituales fundacionales que siguen los patrones litúrgicos propios del mundo ibérico.

Las nuevas estructuras defensivas se edificaron con técnicas y materiales de tradición local, utilizando en gran medida losas de pizarra colocadas horizontalmente, así como algunos bloques de piedra y rocalla, todo ligado con tierra y barro. Las construcciones utilizaron medidas de superficie basadas en la pértica y sus múltiplos. La pértica o decempeda era una unidad de medida romana que equivalía a 10 pies romanos (29,6 cm en la actualidad), es decir de 2,96 m de longitud. Su utilización generalizada en la mayoría de nuevas edificaciones nos indica la existencia de una planificación en las reformas siguiendo los criterios constructivos romanos.

El acceso consiste en una abertura de una pértica de ancho con la puerta a doble batiente colocada en la parte interna de los muros. Una vez dentro, un amplio corredor conduciría al centro del poblado.

Dos torres cuadrangulares flanquean la entrada y sobresalen respecto del trazado de la muralla. Tienen un ancho interno de una pértica (2,95 m) y externa de dos pérticas (5,9 m), con muros de media pértica de grosor (1,5 m). Seguramente la circulación se realizaría en un nivel más elevado, coincidiendo con el paso de ronda de la muralla, y lo más probable es que su altura superara los 5-6 metros.

Imágenes: planta Hipótesis Entrada y Torres, remarcado en rojo.

Ilustración: Perspectiva axonométrica desde el exterior de la entrada, las dos torres de flanqueo y el cuerpo de guardia.